Hay personas que, cuando entras en su órbita, parece que todo está diseñado para girar a su alrededor. Son como planetas que exigen ser el centro de tu sistema solar. Pero no te equivoques: no buscan amor, buscan admiración. Si te sientes como un satélite atrapado, tal vez estés frente a un narcisista.
Imagina esto: tienes una noche espectacular con esa persona, de esas que dejan una sonrisa de oreja a oreja. A la mañana siguiente, le dices emocionado: «Qué bien la pasamos anoche». Y te responde con un frío «¿Anoche? No recuerdo». Justo ahí, algo dentro de ti se tambalea. Y cuando te atreves a insistir, te contesta: «Si tú lo dices…». ¿Ves por dónde va la cosa? Te siembran una duda tras otra hasta que ya no sabes si estás subiendo o bajando.
Es como estar en una obra de teatro donde las luces cambian de intensidad, pero cuando preguntas, te dicen que siempre estuvieron igual. Se llama manipulación. Pero ojo, porque no es casualidad; es un plan bien trazado.
Los narcisistas son expertos en tres cosas:
- Egoísmo: Todo para ellos. Tú, tus necesidades y tus deseos son meras sombras en su gran espectáculo.
- Egocentrismo: No es que crean que son el centro del universo, es que están convencidos.
- Egolatría: Se adoran tanto que no queda espacio para nadie más.
¿Y tú? Bueno, tú estás ahí para aplaudir. Pero nunca lo suficiente, porque siempre querrán más.
¿Qué es lo que buscan?
Control, simple y llanamente. Si pueden hacerte dudar de ti mismo, tienen la partida ganada. Porque mientras tú intentas entender qué está pasando, ellos siguen manejando los hilos.
Y ojo, que no todo es tan obvio. No siempre te dicen «yo soy especial». A veces te envuelven con su encanto, te hacen sentir único. Pero con el tiempo, te das cuenta de que siempre estás intentando alcanzar un estándar que ellos imponen.
Por ejemplo, te piden que te pongas ese vestido o esa camisa porque “te ves espectacular”. Pero cuando llegas a esa reunión importante, resulta que eres el peor vestido de la noche. Y si al día siguiente lo mencionas, la culpa será tuya: “Yo solo quería ayudarte, pero deberías tener más criterio para estas cosas”. Y así, la culpa siempre será tuya, nunca de ellos.
¿Qué hacer?
Primero, reconoce el patrón. Si cada vez que discutes terminas pidiendo disculpas por algo que no hiciste, si sientes que tus logros no son suficientes o si dudas de tus propios recuerdos, es momento de cuestionar esa relación.
Segundo, no te conviertas en su fan. Porque eso es lo que realmente buscan: aplausos, admiración incondicional y que alguien los coloque en un pedestal.
Y tercero, si te sientes atrapado, recuerda que no tienes que quedarte. Empaca tus emociones, recoge tu dignidad y busca una salida.
Porque al final del día, el amor no debería ser un espectáculo de luces y sombras donde siempre te hacen sentir fuera de lugar. Mereces una relación donde ambos sean estrellas, brillando juntos, y no simplemente un reflector iluminando a alguien más.
No seas el público de un narcisista. Apláudete a ti mismo y sigue adelante.
How to Recognize a Narcissist (and Not Be Their Biggest Fan)
Some people, when you step into their orbit, make it feel like everything is designed to revolve around them. They’re like planets demanding to be the center of your solar system. But don’t be fooled: they’re not looking for love; they’re looking for admiration. If you feel like a trapped satellite, you might be dealing with a narcissist.
Picture this: you have an amazing night with this person—one of those nights that leaves you smiling from ear to ear. The next morning, you tell them, full of joy, «Last night was incredible.» And they respond with a cold, «Last night? I don’t remember.» Right there, something inside you wavers. When you press them further, they simply shrug: «If you say so…» See where this is heading? They plant seeds of doubt until you no longer know if you’re coming or going.
It’s like being in a play where the lights change intensity, but when you point it out, they insist the lights have always been the same. That’s manipulation, plain and simple. And let me tell you, it’s no coincidence; it’s a well-executed plan.
Narcissists are masters of three things:
- Selfishness: Everything is about them. Your needs and desires? Mere shadows in their grand performance.
- Egocentrism: They don’t just think they’re the center of the universe—they’re convinced of it.
- Egotism: They adore themselves so much there’s no room for anyone else.
And you? You’re just there to clap. But it’s never enough, because they’ll always want more.
What Do They Want?
Control, plain and simple. If they can make you doubt yourself, they’ve already won. While you’re busy trying to figure out what’s going on, they’re pulling the strings behind the scenes.
But it’s not always obvious. They won’t necessarily say, “I’m special.” Sometimes they’ll charm you, make you feel unique. But over time, you realize you’re constantly trying to meet a standard they’ve set.
For example, they might ask you to wear that dress or that shirt because “you look amazing.” But when you get to that important event, you’re suddenly the worst-dressed person in the room. If you bring it up the next day, guess what? It’s your fault: “I was just trying to help, but you should really have better judgment about these things.” And so, the blame is always yours—never theirs.
What Should You Do?
First, recognize the pattern. If every argument ends with you apologizing for something you didn’t do, if you feel like your achievements are never enough, or if you’re doubting your own memories, it’s time to question that relationship.
Second, don’t become their fan. That’s what they’re really after: applause, unconditional admiration, and someone to put them on a pedestal.
And third, if you feel trapped, remember—you don’t have to stay. Pack up your emotions, gather your dignity, and find a way out.
Because at the end of the day, love shouldn’t be a game of lights and shadows that always makes you feel out of place. You deserve a relationship where both partners are stars, shining together—not just a spotlight illuminating someone else.
Don’t be a narcissist’s audience. Applaud yourself and move on.
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