Cuando alguien te ha herido o ha roto tu confianza  es imposible, olvidar ese dolor.

La traición se queda fosilizada en tu cuerpo y en tu memoria, por más que lo intentas no puedes sacarte esa situación de la cabeza, esa persona vive contigo en el recuerdo como si fuese una parte más de tu cerebro. Algunas personas reviven casi cada día esa situación en su cabeza y en su cuerpo , teniendo muy presente a esa persona en el presente.

El rencor nos sitúa en ese estado de pasado y presente al mismo tiempo.

Pero cuando vives así no consigues avanzar. Perdonar no es olvidar, eso es prácticamente imposible, se consigue con el tiempo cuando en realidad ya deja de importarte la persona y la situación. Eso solo se consigue cuando has perdonado.

Perdonar es permitir que esa situación deje de afectarte, de causarte dolor de la manera que lo ha hecho hasta el día de hoy.

Cuando alguien perdona lo hace para aumentar el amor propio y empezar el proceso de liberación hacia esa persona y esa situación.

Cuando algo realmente pesado para seguir sosteniendo toda la vida es el momento de soltar.